Iñaki El niño Feraz
Eran la 8:05 de la mañana, todos los alumnos de la escuela estaban formados en el patio, listos para participar y ser testigos de los honores a la bandera nacional. Los maestros estaban al frente de sus grupos, así correspondía a este día dedicado precisamente a la bandera.
La maestra Directora del Plantel tomó la palabra para dar inicio a este acto solemne y solicitó el silencio y la atención de todos para que el Inspector de Zona tomara la protesta de los integrantes de la escolta.
¡Apúrenle! ¡Ya vamos retrasados! ¡Rápido, que sigue!… Ya me estoy aburriendo!
Esa fue la voz aguda de un niño del grupo de tercero “D”, que urgía a la concurrencia a que acelerara el paso en la ceremonia de honores a la bandera. No era la primera vez que esto sucedía, por lo que la maestra Directora, comenzó a dar muestras de impaciencia y ansiedad por lo que sabía que iba a suceder. Esa voz es de Iñaki, el niño problema de la maestra Isaura, a quien todos conocían por “Chagüita”. Buscó con su mirada a la maestra y con una fulminante e imperceptible señal le pidió que se hiciera cargo de ese niño.
La maestra Chagüita se dirigió de inmediato hacia Iñaki, pero él velozmente corrió hacia el patio gritando: ¡alcánzame si puedes!
Entonces, toda la atención de los asistentes se dirigió hacia Iñaki y la maestra Chagüita quien corría tras de él. Las risas de los niños y los maestros sonaban al unísono, como si estuvieran viendo un acto gracioso dentro de un circo. Iñaki llegó corriendo y arrebató el micrófono a la maestra Directora. Y Diciendo “vamos a cantar y bailar la Macarena”, solicitó a sus compañeros su participación.
“Dale a tu cuerpo alegría Macarena”..”Eeeeh Macarena” y todos bailando coreaban la canción ”Eeeeh Macarena”
El Inspector de Zona tenía los ojos bien abiertos, como si fueran dos platos, no podía concebir lo que estaba pasando: un niño interrumpiendo la ceremonia de honores a la bandera, mofándose de las autoridades en ese plantel escolar.
¡Directora! ¡Qué es esto!
La maestra Directora avergonzada y con el rostro enrojecido por la rabia, solo alcanzaba a decir: ¡Isaura hazte cargo de este niño!
La ceremonia fue suspendida, la maestra Chagüita fue regañada por la directora, los alumnos no cesaban de reir, los maestros recibieron una regañiza mayúscula que ellos llamaron “cagotiza”, de parte la maestra Directora.
¡Llamen inmediatamente a los padres de este rufían, impídanle el acceso a la escuela hasta que ellos se presenten!, instruyó la maestra Directora a los maestros.
Los padres de Iñaki fueron localizados y citados en la Dirección Escolar.
De alguna manera ya estaban acostumbrados a estas llamadas de atención. Iñaki, presentaba algunos síntomas que ellos no identificaban pero que se presentaban con frecuencia en el niño. Era impulsivo, sumamente inquieto, no podía esperar porque se llenaba de inquietud, atendía las situaciones tan rápido que los maestros pensaban que no atendía la clase, con frecuencia le daban ganas de gritar, o correr dentro del salón para mitigar su aburrimiento.
Iñaki, se apaciguaba cuando tenía cerca a su mascota o cuando alguien tocaba el piano. Entonces se transformaba y dejaba de presentar alguna de las actitudes ya mencionadas.
En esta ocasión, la exigencia de la maestra directora fue determinante: metían inmediatamente a Iñaki a un tratamiento para controlar su conducta o, el niño sería dado de baja o sería transferido una escuela más lejana.
Iñaki ya estaba siendo atendido por un Centro de Salud Mental, pero las consultas de seguimiento tenían intervalos de más de seis meses. Así pues, la maestra Directora solicitó que hubiera una institución que se responsabilizara por la conducta del niño o no lo volverían a recibir en la escuela.
Los padres de Iñaki, se angustiaron, fueron al Centro que conocían y no lograron obtener el aval de este instituto. A través de una vecina, supieron que en Descubriendo al Ser Através del Conocimiento A.C. podrían comenzar a atender a Iñaki y darle el acompañamiento pedagógico que estaba requiriendo la escuela.
Después de una evaluación psicopedagógica detallada, esta asociación civil confirmo que Iñaki, presentaba el cuadro del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, fue evaluado también por una Paido-psiquiatra –médico especializado en psiquiatría de niños- , le fue recetada la medicina idónea para ayudar a madurar el sistema neurológico de Iñaki, también fue atendido por un terapeuta psicológico para ayudar al niño y a sus padres en el establecimiento de límites. Y así, al cabo de varias semanas se pudo notar el avance en la conducta del niño, se sugirió un cambio en el consumo de alimentos que Iñaki ingería con regularidad: se eliminó la efervescencia que presentaba, se volvió una persona tolerante, paciente, canalizó su aparente falta de atención hacia una forma distinta de aprender, guiado por una Pedagoga que le estructuró un método de aprendizaje personal, como si fuera un “traje a la medida”; se transformó en un niño tranquilo, maduro, muy lejos de su imagen anterior.
Un año después Iñaki, ya controlaba su impulsividad conocía su progreso en relación a sus actitudes anteriores y decía a manera de broma “que antes se sentía como embrujado”.
Hoy, Iñaki es el estudiante feraz – fecundo, productivo, prolífico, abundante, rico, opulento, pletórico de conocimiento- que fue desde un principio, pero que se encontraba oculto por una niebla llamada Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.