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¿Jugar? No seas infantil

¿Jugar? No seas infantil

El juego es el “trabajo” del niño, por eso el niño lo toma en serio y no suele perder la concentración.

Definición:- La Real Academia Española nos brinda más de 20 conceptos relacionados con la palabra juego. Sin embargo, solo nos vamos a referir al concepto: juego de niños

  1. m. Modo de proceder sin consecuencia ni formalidad.
  2. m. Acción o cosa que no ofrece ninguna dificultad.

¿Qué es el Juego?

El término juego proviene del latín iocus, significa algo así como broma, y es entendida como una actividad realizada por seres humanos, que involucra el desenvolvimiento de la mente y el cuerpo, con un sentido lúdico, de distracción, de diversión y aprendizaje. Con el juego el niño aprende a desarrollar estrategias y a adaptarse a los recursos y las condiciones con que cuenta y conoce de antemano

Para entender el juego de los niños, presentamos algunas opiniones expertas:

  1. Freud (1908, p. 127) Define al juego como “la ocupación preferida y más intensa del niño” afirma que en el juego, los niños acomodan las situaciones según un orden que les agrade, extrayendo así una ganancia de placer. en el acto de jugar, los niños “ponen en escena”, “ponen en juego” su propia conflictiva psíquica. Sugiere que: a) el deseo que comanda el juego es el deseo de “ser grande”, b) en el juego se acomodan las situaciones según un orden que produzca agrado, c) el juego es el precursor del fantaseo, d) la afirmación: “el dichoso nunca fantasea; solo lo hace el insatisfecho” (Freud, 1908, p. 129), Freud nunca menciona ni propone la idea de utilizar el juego para analizar a los pequeños pacientes.

Como una forma de fantasía podemos observar a algunos niños jugando a ser superhéroes con superpoderes, exponiendo de esta manera la otra cara de sus sensaciones de impotencia.

Pfeifer: Dice que escenificando sus juegos, el niño manifiesta su posición libidinal respecto de los grandes conflictos que lo aquejan, su posición activa o pasiva, genital o pregenital. Puede observarse si un niño mayormente ataca o se defiende, persigue o es perseguido, golpea o es golpeado por otros. Por esto, considera que el juego es el medio privilegiado de expresión de la sexualidad infantil.

Erikson piensa que, con material lúdico proporcionado por la cultura, el niño dramatiza sus traumas, su sufrimiento, es decir, a través de la actividad lúdica los niños expresan en una especie de “actuación” los traumas que han sufrido.

Piaget: El objetivo de su teoría es explicar los mecanismos y procesos por los cuales el infante, y luego el niño, se desarrolla en un individuo que puede razonar y pensar usando hipótesis.

¿Para que sirve el juego ?

De acuerdo con la opinión de cada uno de los expertos mencionados, podemos entender que el juego tiene como objetivo principal el desarrollo y la maduración psíquica que van en relación directa con su salud mental.

El niño va ir conociendo el mundo exterior y adueñándose  poco a poco de él, va intentando dominar situaciones dolorosas mientras pretende  identificarse con sus padres.

El juego lo ayudará a manejar las ansiedades, los miedos, los temores de abandono o castigo, que variarán según la edad,  las características de cada niño y los conflictos propios. Este recurso le servirá para  ir disminuir su relación de total dependencia inicial, hacia la socialización. Es útil para desarrollar una capacidad interna de imaginación y fantasía, que conllevará  la capacidad creativa, indispensable para el crecimiento, el conocimiento y la cultura en general.

El juego es siempre una experiencia de placer. La comunicación que lleguemos a establecer con nuestros hijos a través del juego nos servirá de manera sólida cuando ellos hayan crecido.

Jugar no es perder el tiempo. Por el contrario, implica poner en marcha una serie de experimentos vitales que el niño necesita para aprender a dominar su percepción del mundo.
La frase es “un juego de niños” alude a un cierto grado de desvalorización inconsciente.
Debemos reforzar la creencia de que el hecho de pasar tiempo jugando con los hijos es bueno, pero es mejor el tiempo de calidad. La indiferencia hacia sus juegos les duele, por lo que es  necesario dejarles jugar solos, pero permitir que se sientan acompañados por sus padres

¿Cómo lo podemos hacer?

  • Respetando y promoviendo todos aquellos juegos con los que les veamos disfrutar.
  • Destinando un tiempo a jugar con ellos durante los primeros años de sus vidas
  • Estableciendo algunas reglas aplicables a sus juegos.
  • Jugando con ellos y enseñándoles a relacionarse con otras personas
  • Ayudándoles en el aprendizaje de la socialización.

 

Y ¿Cuándo no hay juego?

Los niños juegan cada día menos y pocas veces al aire libre porque no disponen de espacios, sobre todo en las ciudades. Esta omisión afecta a la salud física, aumentando la obesidad y la ansiedad infantiles.

Los juegos están siendo desplazados por entretenimientos tecnológicos, que  favorecen la vida sedentaria y aislada. No son verdaderos juegos, ya que carecen de  la libertad y creatividad propias de lo lúdico. En sus juegos auténticos el niño decide por sí mismo sus argumentos, sus reglas, y el principio y el final de cada uno de ellos.

Algunos padres de familia pensamos equivocadamente que si limitamos su tiempo para jugar contribuímos a que nuestros hijos sean más responsables.

El juego es una actividad universal. Los niños de todos los tiempos han jugado. ¿Jugar para qué? El juego sirve para aprender. Con el juego el niño explora, estimula su curiosidad y aumenta su experiencia; estimula su crecimiento físico y mental, su imaginación, su creatividad, los lazos sociales y la voluntad de persistencia. En el juego está el origen de su actividad creadora y del arte.

¿Cuál es el futuro de los niños que no juegan?. Cuando lleguen a su fase adolescente rehuirán del ejercicio físico y de la vida al aire libre. Cuando se incorporen al mundo laboral, se darán cuenta que no podrán cumplir con algunas de las competencias emocionales que debieron haberse desarrollado con el juego libre, como por ejemplo: el autocontrol, la automotivación, el trabajo en equipo, la comunicación y la empatía.

Por eso, el juego es el “trabajo” del niño, por eso el niño lo toma en serio, y por eso ¡no debemos romper su concentración cuando juega!