La maternidad y el ser mujer.
«[…] A lo largo de la historia se ha considerado a la maternidad como una
característica esencial de la feminidad que establece la diferencia entre los
géneros, fijando así los roles y labores que debe cumplir cada uno. Se
considera que está influenciada social, política y económicamente […]»
(Castillo,2008, citado en Barrantes y Cubero, 2014).
Actualmente se han presentado algunos cambios en la maternidad, por ejemplo, las mujeres precisan por sí
mismas las oportunidades, peligros y prácticas respecto a la misma, y, si es el
caso, decidir sobre su crianza. Así como que cada vez son más las que se
incorporan a la vida laboral.
De acuerdo con Sánchez (2016) estos cambios continuarán permitiendo que
ante la maternidad las mujeres puedan reconocerse como constructoras de
una práctica social a través de un cuestionamiento a las formas
tradicionales de familia y de la subjetividad femenina.
● No olvides.
Recuerda que tú no eres prescindible y por tanto, el tiempo para ti no es
prorrogable. Guardar momentos para ti y tu pareja. Te ayudarán a
mantenerte en armonía contigo misma, a sentirte más realizada, cuidada y
feliz. Y recuerda, cuanto más feliz estés contigo, más podrás ayudar a los que te rodean.
● Comparte lo que sientes. Pide ayuda.
Participa en algún grupo de madres en el que compartir experiencias,
miedos y preocupaciones. La vulnerabilidad une y compartirla ayuda a
combatirla. Deja esa capa de super mujer, no la necesitas para ser valiosa y
buena madre. Delegar tareas y ceder algunas responsabilidades puede
ayudarte a saciar tus necesidades individuales.
● Mímate.
Cuida y respeta cada uno de tus cuerpos. Mima tu cuerpo mental,
emocional, físico y energético. Eres importante y mereces tu atención y
cuidado.
● Libérate. Abrázate.
Sentir culpa aunque pueda sonar paradójico, es una buena señal, romper
con esquemas y creencias que la sociedad nos impone desde que
nacemos cuesta, y quizá sentir culpa es el precio a pagar. Pero creemos que
merece la pena, que sale rentable romper con las ataduras para construir
una sociedad más libre. Dónde ser madre sea una elección, no una
imposición. Donde la manera de criar y educar a tus hijos/as pase siempre
primero por ti y que nadie sienta la libertad de juzgarla sin ningún motivo
aparente. Así que piensa que puedes dar un sentido diferente al sentir culpa,
replantearse puede ser una buena manera de gestionar esta emoción y
puede contribuir a que poco a poco se difumina hasta desaparecer.