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¡Hay que abrir las puertas!

¡Hay que abrir las puertas!

-Oye Paquita, acabo de leer en el periódico qué en este primer año del nuevo gobierno, no tendremos crisis económica en México.

O sea, que ¡ya estamos empezando a vivir la crisis a todo color!.

-Pa, ¿no estás exagerando? –contestó Alba, su hija-

-No hija. Platícale Paquita ¿cómo nos fue cuando nos casamos?

-Tu padre tiene razón.

Ahora comprendo porque ya no me alcanza el dinero para las compras del mercado. ¡Todo lo que es para comer, está más caro!

Mira, los jitomates a $40 el kilo, los aguacates hasta $90 el kilo y la fruta, ni te cuento, los higos y los chabacanos a $90 pesos el kilo.

Les digo a mis marchantes qué con esos precios tan altos, van a tener que sacar de los huacales sus frutas y legumbres y meterlos a una caja fuerte, por ser tan valiosos.

¿Hija, crees que estamos exagerando?

Observa y haz cuenta de lo que gastas en tus comidas cada día. A poco no te das cuenta que han ido subiendo los precios de las comidas corridas.

-Alba, tienes que comentar esto con tu marido y nosotros con tus hermanos. No hay que alarmarse, solo hay que ir tomando medidas preventivas.

Y apréndete bien esto: “¡cuando la pobreza se asoma por la ventana, el amor sale por la puerta!”. Cuida tu economía y tu matrimonio.

-Alba preguntó ¿Qué nos recomiendas Pá ?

-Por ejemplo, no ir tan seguido a comer o cenar fuera, o ir al cine. Tampoco se endroguen mucho con las tarjetas, vayan liquidándolas. Reduzcan sus días de vacaciones . Compren ropa que vayan a utilizar seguido, lo mismo con los zapatos.

Vaya, no compren nada más por comprar. Y si pueden comprar el terrenito que me platicaron, háganlo, será una buena inversión.

-Alba aseguró- Yo, los voy a ayudar con más dinerito y les voy a decir a mis hermanos que les traigan despensa.

-¡Gracias Hija!

No eches en saco roto mi recomendación: dejen de usar las tarjetas de crédito.

Cuando empieza a haber inflación y suben los precios, como dice tu madre,

también empieza a subir el costo del dinero prestado porque suben los intereses bancarios.

-¿Por qué discuten? Increpó su hijo Julián

-No estamos discutiendo, hijo.

Estamos comentando que ya están presentes los primeros síntomas de una crisis económica. Y le estoy recomendando a tu hermana que tomen algunas precauciones en el manejo de su dinero, para que la crisis no golpeé tanto su economía.

-Eso me interesa también. Pero que ¿esto no lo ve la gente del gobierno?, preguntó Julián.

-Precisamente hijo, debido a algunas medidas que está tomado el gobierno, se está estancando la economía local

Miren, seguramente está será la primera crisis que ustedes pasen. La última fue en 2008-2009, cuando estaban ustedes en la Prepa. Un importante banco provocó su quiebra en Estados Unidos, principalmente por especulación inmobiliaria.

Las empresas y el gobierno en México realizaron algunos ajustes; que en lo familiar se tradujo en mi jubilación anticipada. Me quedé sin trabajo.

Obviamente, por la edad que ustedes tenían, no se enteraron.

-Haber, platícanos que otras crisis has vivido

-No los voy a aburrir con esto. Yo empecé a trabajar por el año 1976, y al ritmo de la música psicodélica que estaba de moda, comenzó la inflación, provocada por la emoción de “nuestra riqueza petrolera”. Muchos préstamos para la infraestructura petrolera. Y después de la borrachera, la cruda realidad con la disminución de apoyos al campo, el desempleo y los bajos salarios. Todo, ayudó a que por esos años tu tío Beto tuviera que emigrar a los Estados Unidos. Posteriormente, en 1990 vino la insolvencia de los bancos y el rescate a cargo del pueblo. Inmediatamente después, en 1993 la aparición de los nuevos pesos, que también fue un recorte disimulado a nuestros ingresos. En 1994, cuando entró al poder Ernesto Zedillo, ocurrió el “Error de Diciembre” con otra devaluación del peso, por falta de reservas internacionales.

Para cerrar, les puedo decir que después de acabar mi vida laboral, las crisis continuaron y veo que continuarán.

-Doña Paquita gritó: ¡Me vas a hacer llorar y a los muchachos también!.

Sí. Ha habido muchas situaciones adversas, pero lo positivo de ellas es que nos han unido más como familia y como pareja.

Las recomendaciones que les dá tu padre son buenas. También ahorita que pueden, cambien el refrigerador, la televisión, el carro, pero sin utilizar el crédito

-¡Eso vamos a hacer!.  Papá ¿sabes si te incrementarán la pensión? –preguntó Julián

-Mira hijo, en la última campaña presidencial nos ofrecieron doble pensión a los de la tercera edad, pero en la realidad no ha pasado nada de eso. “El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”

– Entonces ¿qué van a hacer?

-Vamos a abrir las puertas de la casa, para instalar unas mesitas y vender antojitos como lo está haciendo nuestra vecina Magos, que por cierto vende unos flanes deliciosos, o doña Mary que por las mañanas está vendiendo tortas y jugos en la puerta de su casa. Ah, y Martín con su esposa ofrecen alitas de pollo adobadas; más adelante la señora. Chole, vende Pozole que le queda exquisito. Víctor se quedó sin trabajo y está reparando coches frente a su casa. ¿Te acuerdas de Kevin?, pues, él está vendiendo “yerbabuena”, su padre don Pepe, dice que pronto se va a volver un negocio legal.

En esta época hay emprendimientos buenos y otros ilegales

-Sí viejo, dijo doña Paquita.

Vamos a abrir las puertas de la casa para vender algo.

Incrementaremos la economía informal, pero…

¡vamos a sobrevivir como lo hemos hecho siempre!