La respiración es una de las funciones vitales más importantes y es un acto inconsciente e involuntario. Igual que los latidos del corazón o la transmisión de sensaciones a través del sistema nervioso, la respiración se realiza sola, sin que tengamos que pensar en ella. Pero eso no quiere decir que se realice de la forma más efectiva. Por norma general, el ser humano, respira solo lo necesario para subsistir sin darse cuenta que en la respiración se oculta una gran fuerza vital, imprescindible para revitalizar nuestro cuerpo.
Existen tres formas de respirar:  diafragmática (también conocida como abdominal o baja), pulmonar (conocida como torácica o intercostal) y clavicular o alta. La respiración completa integra las tres formas en una.
Respiración Diafragmática.
En el primer momento de inhalación, el abdomen se hincha. Poco a poco toda la parte baja de los pulmones se llena de aire. La inspiración debe ser lenta y silenciosa. Si nos escuchamos significará que estamos inspirando demasiado deprisa. Es importante vaciar al máximo los pulmones y expulsar suavemente la mayor cantidad posible de aire.
Es esencial inspirar y espirar por la nariz y mantener la musculatura abdominal relajada. Lo ideal es ejercitar la respiración diafragmática tumbado de espaldas ya que esta posición favorece la relajación de la musculatura abdominal.   
Respiración Pulmonar.
Consiste en separar las costillas y expandir la caja torácica, llenando así de aire los pulmones, en su región media. Se observa al practicarla que existe una mayor resistencia a la entrada de aire a comparación de la forma diafragmática. A pesar de ello, entrará una cantidad apreciable de aire durante esta respiración.
 Combinando ambos tipos de respiración, diafragmática y pulmonar, permitiremos la ventilación satisfactoria de los pulmones. La posición recomendad para trabajarla es sentado, manteniendo siempre la cintura abdominal contraída mientras se inspira. Para tomar conciencia de ella, podemos colocar las manos a ambos lados de la caja torácica para percibir la respiración.
Respiración Clavicular.
En esta respiración intentaremos levantar las clavículas al mismo tiempo que se inspira y se introduce el aire lentamente, pero sin levantar los hombros. Solo la parte superior de los pulmones recibe un aporte de aire fresco. Si mantenemos las manos en los costados percibiremos la entrada de aire, pero también tomaremos conciencia de que penetra poco, a pesar de que el esfuerzo es mucho mayor que durante la respiración torácica.
Respiración General.
La respiración completa es la unificación de las tres respiraciones, primero debemos de 
comenzar por vaciar bien los pulmones con una profunda espiración. Luego, comenzar con una respiración diafragmática después una respiración pulmonar y por último una respiración clavicular todo ello en un solo ejercicio, hacer una pausa para después exhalar de la forma contraria (clavicular, pulmonar y diafragmática)
Empieza por inspirar en respiración completa (abdominal-torácica-clavicular) contando mentalmente 1,2,3,4,5,6,7,8. Después contén la respiración contando 1,2,3,4. Y por último espira contando 1,2,3,4,5,6,7,8. Repite el proceso hasta que seas capaz de realizarlo con naturalidad. Una buena forma de practicar y adoptar el hábito, puede ser realizarlo siete veces antes de levantarte y siete veces al acostarte.
Mientras estés aprendiendo, Ten en cuenta que vas a oxigenar mucho el cerebro y como no estás acostumbrado te puedes marear.

Fuente de información
https://www.hgc.es/es/cartera-servicios/neumologia.ficheros/75277-aprende_a_respirar.pdf